La Academia recibe histórico manuscrito original de experto en educación brasileño, Paulo Freire
La Universidade Nove de Julho obsequió un facsímil de la obra “Pedagogía del Oprimido”, que el pensador brasileño escribió en Chile y que logró sobrevivir al Golpe de Estado de 1973. Una pieza de colección y que se puede encontrar en la Biblioteca de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano.
Hablar de Paulo Freire son palabras mayores. Las opciones filosóficas y epistemológicas del pensador brasileño lo constituyen en uno de los más influyentes teóricos de la educación del siglo XX.
Su obra está literalmente ligada a Chile, donde llegó en 1965 tras ser exiliado de su país. Acá conoció al agrónomo Jacques Chonchol, quien más tarde sería ministro de Agricultura del Presidente Salvador Allende, y comenzó a desarrollar, por ese entonces, un innovador programa en el Indap.
“Era un programa de alfabetización y concientización, la otra pata de la Reforma Agraria. No era sólo repartir tierras y capacitar a los campesinos en situaciones técnicas, sino que existía un trabajo educativo y político detrás”, explica Christian Larotonda, director de Desarrollo Académico de nuestra casa de estudios.
Durante su estadía en Chile, Freire comenzó a plasmar en papel sus conceptos sobre la necesidad que el hombre dejara atrás el analfabetismo y que la manera de hacerlo era con un pensamiento crítico de la realidad y a través del diálogo.
Fue así como escribió su primera gran obra denominada “Pedagogía del Oprimido”. Y para demostrar su gratitud, Freire le regaló el manuscrito a Chonchol. Un documento de colección que por décadas estuvo extraviado tras el Golpe Militar de 1973, y cuyo facsímil ahora se puede revisar en la biblioteca de la Academia.
“Chonchol llegó al aeropuerto de Santiago el mismo día del Golpe del ’73, donde lo agarraron y escondieron para salvarlo. Pero entraron a su casa, le quemaron sus libros y documentos. Sin embargo, el manuscrito quedó ahí, seguramente la gente de Inteligencia no le encontró valor. Después, cuando la hermana de Chonchol pudo ingresar a la casa, creyó que los papeles eran de él. Cuando tuvo la oportunidad de irse del país se los llevó sin saber qué era y los conservó durante años”, relata Larotonda.
El ex ministro de Allende donaría más tarde el manuscrito a la Biblioteca Nacional de Brasil. Gesto similar al que ahora tuvo José Romão, director del magíster y doctorado en la Universidade Nove de Julho, con la Academia donde sostienen, encontraron el espíritu de la pedagogía crítica y comunitaria que profesaba Paulo Freire.
“Este manuscrito no es estrictamente igual a la primera versión y de la cual se traducen todas las versiones del libro Pedagogía del Oprimido… La importancia radica en que el documento está en primera persona, de puño y letra. Lo que escribió Freire y no lo que dactilografió alguien que le puso o le sacó algo de su propia su cosecha”, comenta Christian Larotonda sobre el facsímil de “Pedagogía del Oprimido” en portugués.
Sobre los postulados de Paulo Freire
Paulo Freire estaba convencido que las personas debían mirar la realidad con un sentido crítico y así poder transformarla a través del diálogo.
Conceptos que están en las bases del proyecto educativo de nuestro país, pero que han ido quedando en el olvido con el sistema neoliberal que impera tanto en Chile como en gran parte del mundo.
Para Christian Larotonda, se ha perdido el objetivo primordial de que el hombre logre sacar a la luz sus máximas capacidades.
“La educación se desnaturalizó y dejó de ser una actividad que tiene como propósito generar o pretender el desarrollo y la plenitud del sujeto educando. Y dentro de esta visión neoliberal, toma una función de generar mano de obra cualificada, capital humano”. Todo esto, cuando se discute arduamente si la Reforma de Educación que elabora el Gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet es lo que realmente necesita el país.
“El problema no es tanto la Reforma sino que todo el sistema educativo está metido en otro propósito… Decir que todo es malo o bueno, es simplista. Pero hay cosas en el sistema educacional chileno que están muy arraigadas y que no desaparecen. Como la idea básica que la competencia produce el mejoramiento entre todos”, añadió.
La competitividad, precisamente, va en dirección opuesta a los postulados de Paulo Freire, quien abogaba por una educación comunitaria, donde una persona se podría nutrir de la experiencia del otro y así llegar a lugares insospechados.
“Se nota en la PSU, en el Simce, donde todos quieren sacar más puntitos. Pero esto se enseña desde primero básico donde te ponen una carita feliz, es una matriz de pensamiento…. Cuando haces creer que el éxito de todos radica en que a algunos les vaya bien, obviamente todos quieren ganar esos pocos puestos y comienza la competencia. El otro deja de ser colaborador contigo y pasa a ser un adversario, y deja de ser una posibilidad de crecimiento”, detalló Larotonda.
Es más, el director de Desarrollo Académico de la Academia hace alusión al actual debate sobre qué rol tendrá el ramo de Filosofía en el caso que sea eliminado del plan común en la Enseñanza Media.
“No se plantea la posibilidad de que el sólo pensar por el pensar en sí, en eso radica un bien. En eso radica la posibilidad que la persona se imagine lo no hecho, cree lo no creado, genere lo que no existe y, por lo tanto, desarrolle capacidades no sólo para liderar sino para hacer otro mundo posible. Cuando pones la educación en función de que existan mejores técnicos y que suba el Producto Interno Bruto, le quitas la naturaleza a lo que es. Y cuando lo haces, la perviertes”, ahondó.