Nuevos enfoques sobre historia reciente_Académicos de licenciatura y pedagogía en historia proyectan impacto del estallido social
En medio de un país convulsionado en lo social y político, cada día construye nuevas contingencias, pero también procesos de larga duración que, a la larga formarán la historia de los libros, horas de clases y otras exégesis. La revuelta popular, un proceso constituyente que emana de una crisis ciudadana, la tristemente reconocible violencia del Estado, el cuestionamiento al poder ejecutivo, pero también otros destellos de cambio son reconocibles para los profesores de la Escuela de Historia y la Escuela de Pedagogía en Ciencias Sociales de la Academia.
La historia cíclica, los procesos populares y otros enfoques son seguidos con atención por los investigadores y docentes que proyectan el destino de esta temporada de transformación social, estima el profesor Pedro Rosas, director de la Escuela de Pedagogía en Historia y Ciencias Sociales.
El doctor en Historia se encuentra exponiendo avances de su proyecto FONDECYT “Narradores del pasado presente. Qué es y cómo se hace Historia Reciente en Chile, sus tradiciones, definiciones, contenidos y problemas”. Con un pertinente espacio de trabajo centrado en los acontecimientos del día a día y su influencia en lecturas futuras, participó de un Congreso sobre Historia Reciente en la Universidad de Sevilla. Allí, cuenta el profesor, el relato sobre el estallido social se robó la atención de profesores de Europa, Asia y Latinoamérica.
Con la conferencia “El retorno del pasado reciente en Chile. El histórico de un escenario de crisis y movilización como memoria del estallido social de octubre de 2019”, el doctor en Historia realizó una síntesis ante sus pares sobre un asunto fascinante por sus vasos comunicantes con una realidad global.
“Hubo un gran interés respecto de la situación chilena en particular respecto de las alternativas del proceso político actual y de cómo se están avasallando los derechos humanos. Otros aspectos que los historiadores consideraron relevantes fueron como se están desarrollando ciertas formas de organización y las asambleas barriales o territoriales para hacer frente a un debate constituyente. Todos estos aspectos se vincularon con la investigación académica y ciertas prácticas que hemos estado desarrollando los últimos años a partir de un proyecto FONDECYT sobre Historia Reciente y, en particular, desde la Escuela de Historia”, recuerda el docente.
Materias como la manera en que las comunidades se están vinculando para hacer frete a un período previo a un plebiscito definitivo, la discusión de la naturaleza constituyente, la soberanía ciudadana y otros asuntos son los insumos de una memoria política, cree Rosas, quien está expectante de cómo será descrito este período por los historiadores del futuro.
El seminario “Cambios y Continuidades entre dictadura y democracia. Nuevas miradas historiográficas al proceso democratizador chileno 1983-1994”, organizado por la Escuela de Historia y a cargo del profesor Rodrigo Araya, es otra instancia de encuentro entre sociedad civil, académicos y estudiantes que reflexionan sobre una historia reciente y las proyecciones de un proceso más actual. “Los egresados de la carrera de Licenciatura en Historia presentarán sus investigaciones de final de grado sobre temáticas que tienen que ver con problemas vinculados al legado de la dictadura en relación a la violencia política y el desarrollo de movimientos sociales y aparatos represivos”, explica Araya.
Estas miradas diversas se inscriben como parte relevante de la discusión actual respecto a cómo entender las causas profundas de este estallido social y en que derivarán, cree el docente autor de la investigación “¿Autónomos, copiados o subordinados? Continuidades y cambios en las trayectorias del sindicalismo durante el proceso de democratización (1983-2003)”. “A nuestro parecer derivan del peso del legado autoritario tanto en lo político como en lo social y tiene que ver tanto con niveles de desigualdad en la distribución del ingreso, así como con el acceso al poder político en los niveles de participación de la ciudadanía”, estima. Valora que, respecto a otros procesos similares existe un proceso de repolitización y reencantamiento con la política, un reencuentro como pueblo que se expresa en estas movilizaciones masivas que iniciaron el 18 de octubre y que han puesto en jaque a la clase política en su conjunto, advierte.
Una historia de movilizaciones
Cuando pensamos en la manera en que la historia reciente pasa a convertirse en una historia de más larga duración, el profesor Fabián Cabaluz, magíster en Educación y docente de la Escuela de Pedagogía en Ciencias Sociales cree que es posible destacar hitos relevantes a partir de sus consecuencias para el futuro. Entre ellos, la decisión del gobierno de reprimir a una ciudadanía que se moviliza, sacar de manera casi inédita a las fuerzas armadas a la calle merced a un Estado de Sitio y darles una continuidad a las lógicas autoritarias para resolver conflictos sociales. Incluso una lamentable práctica de mutilación como marca propia en cuanto a los traumas oculares recientes, cree Cabaluz.
“Otro hito en esa línea es la cantidad de presos políticos que han dejado estos cuatro meses de movilizaciones. Van más de cuatro mil personas encarceladas a la fecha mediante las leyes hechas a medida para ello como la Ley Anticapuchas y que afecta, particularmente, a un sector muy, muy joven que está sufriendo el encarcelamiento a partir de una lógica bastante reciente que también va a marcar cierta trascendencia para adelante”, plantea el educador.
Pero el principal capítulo de este período, cree Cabaluz, es el debate que ha abierto la iniciativa constituyente. Para él, un “hito clave que tendrá al plebiscito como interés central, pero que como proceso tras el 18 de octubre y su impacto en las asambleas territoriales y otros espacios autoconvocados serán una materia crucial de la investigación histórica. Hay mucho análisis por hacer: el de la coyuntura que se mueve por los canales institucionales de la política convencional, por encima y otro que transcurre por el mundo popular y comunitario, desplegado con intensidad por debajo”, sostiene el académico.
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¿A qué momentos de nuestra historia le recuerdan estos hitos que estamos viviendo hoy en cuanto a la violencia, la inquietud constitucional y el ejercicio ciudadano desencadenado?
Cabaluz coincide con la profesora a cargo del Programa de Formación Ciudadana de la Academia, en cuanto a varios de estos hitos. El ejercicio de memoria lo lleva a sus días de infancia en que la dictadura era un entorno cultural, material y social cotidiano, pero que hoy es parte de los libros de historia y de interpretaciones funcionales a las élites y al mundo popular. “Al menos mi generación, creo que hace una relación directa entre el estallido social y las jornadas de protesta de los años 80. Esa compulsión social que desencadenó un plebiscito el año 1988. Hay toda una suerte de hitos que nos retrotraen a ese período, pero también a otros que se reiteran. Otra coyuntura como la de los años 20 que cristalizó en lo que fue la Constitución de 1925 y una muy interesante impugnación de los sectores sociales a los poderes oligárquicos y el desarrollo de una asamblea popular constituyente formada por intelectuales, trabajadores, profesores y artesanos que detonó un proceso de discusión nacional que, lamentablemente, tuvo una salida desfavorable para el mundo popular. Esto es otra coyuntura que tiene una similitud con la actualidad”, explica Cabaluz.