Positiva socialización de informe de autoevaluación_Autoridades de Pedagogía en Lengua Castellana y Comunicación destacan rol transformador del/la profesor/a egresado/a de la Academia
Ante todo, el profesor señala que seguir adelante con un proceso exigente durante una contingencia compleja, hizo necesario mantener un rigor a la altura y la misma energía, casi épica. Coincide la decana Areyuna: “Se está volviendo una tradición el cerrar jornadas de autoevaluación de las carreras de pedagogía, en general, ante todas las autoridades de la universidad, en las que todos quedamos informados sobre el proceso y avances que está viviendo una carrera en particular. Hay que destacar también que la Escuela de Pedagogía en Lengua Castellana y Comunicación haya decidido llevar adelante su proceso de acreditación en este complejo y desafiante período. Si bien se pudo haber cambiado la fecha, la decisión colectiva de seguir adelante justamente evidencia quiénes somos y el grado de avance que ha tenido esta carrera en los últimos años”, agrega junto con agradecer el alto grado de cohesión de los estudiantes de la escuela con esta coyuntura.
En el equipo de esta presentación, también expusieron las profesoras Biviana Hernández, Coordinadora de Investigación de la Escuela y Macarena Covarrubias, Coordinadora de prácticas. En conjunto plantearon cuales fueron los principales avances a lo largo del 2019 en la serie de procesos requeridos. Entre otros, el explicitar un perfil de egreso acorde con el rol pedagógico y la especialización de la escuela, su consolidación en materia de investigación y producción académica además del fortalecimiento de su plan de estudios y la constatación de una bidireccionalidad, a través de la cual esta escuela impacta en la sociedad y la respuesta de esta al interior de la universidad, entre otras claras señales.
Mientras Hernández, se refirió a la manera en que el sello y gestión de la Escuela permitió identificar las oportunidades de desarrollo y superarlas con creces, Covarrubias destacó iniciativas como la publicación del libro-manual de español para haitianos, los talleres de formación docente y las charlas de transferencia de experiencia pedagógica que tuvieron lugar durante este año.
“Hemos transformado las debilidades en fortalezas, de hecho las apreciaciones surgidas en la anterior acreditación nos dieron la oportunidad de autoevaluarnos rudamente y de aquel análisis hemos salido fortalecidos, lo cual en lo concreto se pude verificar en el desarrollo de metodologías y la medición de su impacto en una educación diversificada, que es algo declarado en nuestros programas”, advierte Cáceres acerca de un levantamiento de estos avances marcado por la autoevaluación en el que participó toda la facultad, dice.
Factores de cambio dentro y fuera del aula
El director destaca también que los elementos considerados para acreditaciones de este tipo o dentro de las evaluaciones de una malla curricular formal, suelen olvidarse de la importancia de los aspectos socioafectivos como parte integral de la formación del profesor para las nuevas décadas. “Cuando decimos que nuestros profesores no pasan inadvertidos, no es una declaración al voleo. Donde sea que ellas y ellos llegan, instalan rutas innovadoras a nivel evaluativo, formativo y dan cuenta de eso con orgullo. Por eso cuando nos cuentan cómo estuvo su experiencia de práctica nosotros los escuchamos como a guerrilleros que regresan de una feliz batalla en la que han experimentado una serie de avatares tremendamente enriquecedoras para sus experiencias docentes. Esto también involucra una ideología critica transformadora, sustentada en aprendizajes y conocimientos desarrollados en sus años de formación, la cual, por supuesto, integra una actualización respecto de los saberes socioafectivos, como la diversificación de la enseñanza o la inclusión”, detalla. La decana Areyuna, completa esta figura recordando que la principal motivación de la totalidad de estos jóvenes profesores es ejercer en colegios municipales.
La autoridad de la Facultad de Pedagogía, explica que otro motivo de satisfacción es contemplar este momento como una foto de todo el trabajo que realiza una escuela que suele pasarse por alto en lo cotidiano. Instancias como la autoevaluación permite poner el foco en estudiantes, egresados y sus distintos procesos para dar forma al sello distintivo del profesor de la UAHC, cree.
“Este profesional crítico y transformador es alguien a quien nosotros vemos en terreno y que cada vez escoge por la educación pública que es algo que nos enorgullece. Y no sólo en escuelas del espectro público, sino en desempeños más complejos como las escuelas del SENAME, zonas muy aisladas del territorio y otros desafíos; espacios que son muy propios de los estudiantes de nuestra facultad”, contempla Areyuna.
Al igual que esos espacios donde destaca el profesional de la Academia, los tiempos de estallido social y de transformación, parecen ser el lugar adecuado para pensar y enseñar con conciencia y sensibilidad crítica, señala Nibaldo Cáceres, quien celebra con gran expectativa los días que corren, pero con la mesura de la incertidumbre ante un despliegue brutal de violencia institucional.
“Creo que los profesores de humanidades que hemos tenido la suerte de presenciar y acompañar a nuestros estudiantes en este proceso de crisis social, tenemos una responsabilidad extra. Estos jóvenes llegan a conversar con nosotros y a contarnos lo que han sufrido, lo que les duele y tratamos de ser un lugar de acogida. Queremos que encuentren más que disciplina, a maestros y amigos que también aprenden de ellos. Nosotros en la Escuela admiramos sus prácticas pedagógicas en los colegios, pero mucho más en estos días. Observamos de cerca su discurso libertario y sus ganas de salir a generar cambios relevantes en la sociedad a través de su labor”, describe el director de la escuela.