El fortalecimiento de las Ciencias Sociales y las Pedagogías como parte de un proyecto estratégico

El fortalecimiento de las Ciencias Sociales y las Pedagogías como parte de un proyecto estratégico

Docentes y autoridades comentan las acciones camino a la acreditación de excelencia, el fortalecimiento de las carreras de las Ciencias Sociales y la Pedagogía y los desafíos para abordar la interdisciplina como aspecto formativo clave para el futuro de las sociedades.

Tras la propuesta del economista Sebastián Edwards de desterrar las humanidades del circuito de becas Chile a favor de las ciencias duras, diversas voces salieron al debate. “Yo cerraría las Becas Chile en humanidades por 10 años. Solo las otorgaría a estudiantes de ingeniería aplicada”, señaló recientemente el economista y escritor sobre el área en que carreras como Sociología, Filosofía, Antropología y Trabajo Social realizan hoy una nutrida producción académica.

Al respecto el académico Fernando Cofré, jefe de la carrera de Sociología UAcademia, reconoce ese conflicto recurrente en el que las disciplinas hegemónicas intentan subordinar a las humanidades: “Se intenta correr el cerco del desarrollo tecnológico desde dimensiones de la vida más material que buscan tener un espacio mayor que, curiosamente, es validado solo por sí mismas”, define. El docente señala que este “enfrentamiento” entre ambos espacios del conocimiento es un síntoma de sociedades que parecieran no entender que la idea del desarrollo humano va íntimamente aparejada al de las Ciencias Sociales.

“Quienes tratan de tensionar esa dinámica y su discurso de subordinación de las Ciencias Sociales actualizan permanentemente estos argumentos tratando de instalar una crisis del proyecto civilizatorio de la modernidad, sumando otras crisis en el medio ambiente, los sistemas políticos y otras que aparecen cada cierto tiempo con fuerza”, agrega.

Desde su rol de gestión como jefe de carrera, Cofré advierte que el fortalecimiento de las Ciencias Sociales y las carreras de humanidades exige abordar la interdisciplina como aspecto formativo clave para el futuro de las sociedades. Y de la pedagogía también en el caso de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano. “Los espacios de encuentro disciplinar son una oportunidad donde las humanidades se pueden ver enriquecidas a través de diálogos que permiten intercambiar y no solo acumular experiencia o conocimiento”, plantea respecto a las ventajas de la interacción entre carreras de la actual Facultad de Ciencias Sociales y Educación, FACSE, que permite al estudiantado compartir el mismo campus y optar a programas curriculares con cátedras comunes sobre temáticas como interculturalidad, derechos humanos, género y otros.

En el caso de la carrera de Sociología, estudiantes y docentes también han desplegado acciones innovadoras, como el Centro de Investigación para el Desarrollo Comunitario (CIDECO), donde en conjunto con la carrera de Trabajo Social han recogido las percepciones  de casi 200 jefas y jefes de hogar en torno a aspectos específicos como emociones, salud mental y presupuesto familiar.

Una formación que conecte con los tiempos actuales

El decano de la FACSE, Rodrigo Gangas, plantea un contexto mayor en el cual las preferencias académicas y vocacionales también viven una transformación. Se trata de un cambio social donde las causas son estructurales e históricas, como el poco valor que se le asigna social y económicamente a la labor docente, las secuelas que la pandemia causó en las últimas tres generaciones de búsquedas vocacionales, entre otras. “Hemos observado en los últimos años que las deudas de la sociedad se reflejan también en el mundo académico y con mucha fuerza en sus principales afectados/as, que son los/as estudiantes. También arrastra consigo a disciplinas que forman parte del ámbito de la ciencias sociales, especialmente, y también a las pedagogías lo que se refleja en un fuerte descenso por estas preferencias por parte de los jóvenes”.

Ante un escenario global que se muestra adverso para las disciplinas humanistas, el director de la Escuela de Pedagogía, José Francisco Pérez Quintero, explica que la debilidad en las matrículas refleja una tendencia que viene precedida por un declive a nivel nacional de un 35% entre el 2018 y 2021 y con un déficit proyectado para el 2025 de más de 26.000 profesores. “Este revés para las pedagogías, en casi todas las universidades, se explica en parte por los desafíos que presentó la pandemia al sistema educacional, el cierre de programas de Pedagogía con bajas acreditaciones y la deserción laboral de los docentes en los tres primeros años del ejercicio profesional”.

Estas cifras han llevado al Ministerio de Educación a promover un diálogo entre diversos actores de la sociedad civil para elaborar propuestas que permitan atraer estudiantes a las carreras vistas como esenciales para el desarrollo del país.

En el caso de la UAcademia el programa ENE Pedagogías aborda el desafío al abrir una vía formal acreditada por el MINEDUC para que los estudiantes de la Enseñanza Media puedan acceder de manera temprana a las carreras de Pedagogía. A esa estrategia se suma el fortalecimiento de los programas de segunda titulación docente, refiere el profesor Pérez, quien llama a desarrollar herramientas que permitan enfrentar estas problemáticas de manera articulada.

“Es necesario comprender que la respuesta debe ir más allá del trabajo de una sola casa de estudios. Ese accionar implica una perspectiva más sistémica e integral, que tiene que ver con el sistema educativo en general. La intencionalidad debe ser, más que trabajar y estar preocupados sólo por aumentar la matrícula, que nos ocupemos de entregar una formación que conecte con los tiempos actuales y con lo que la sociedad demanda a sus futuros profesores/as. Para eso es vital considerar las evaluaciones que se han hecho en torno a los primeros seis años de ejecución de la Ley 20.903, que creó el Sistema de Desarrollo Profesional Docente, para ver si efectivamente el o la docente que estamos formando cumple con las necesidades de estos tiempos”.

Una nueva caja de herramientas para las humanidades y la pedagogía

Ante este escenario, el decano Gangas es enfático en aclarar que bajo ninguna circunstancia se debe confundir que las carreras que no tuvieron admisión sean carreras canceladas o cerradas. Mucho menos cuando hablamos de una universidad que, desde su  fundación, ha tenido en el centro de su misión el fortalecimiento de las humanidades: “Es muy importante hacer esa distinción. No abrir una cohorte de admisión no significa necesariamente el cierre de una carrera. Hay que entender que en Chile las carreras universitarias, su función y gestión son aspectos regulados legalmente y cuentan con una serie de requisitos que las protege ministerialmente y bajo criterios propios del proceso de Acreditación de cualquier decisión arbitraria”.

Señala que el plan de fortalecimiento de carreras que este año no contaron con postulantes, contempla diversas aristas orgánicas con las que se construyó el andamiaje requerido para que pedagogías y ciencias sociales constituyan un mismo proyecto donde se potencien mutuamente, que siga aportando al reconocimiento de la UAcademia y que retroalimente relaciones de aprendizaje desde cada disciplina. Así es como desde las ciencias sociales se ha recogido la exitosa experiencia de los procesos de acreditación de las carreras de pedagogía y las lecciones clave de las prácticas de servicios comunitarios y pasantías tempranas que aporten bidireccionalmente en otras carreras.

“Esta transferencia permitirá que con miras al 2026 podamos hacer frente a los nuevos estándares del proceso de acreditación, cuya construcción irá aparejada al levantamiento de la nueva Escuela de Sociedad, Política y Comunicaciones, que agrupará un conjunto crucial de disciplinas dentro de la Facultad de Ciencias Sociales de la UAcademia”. Esto significa apuntar incluso más alto y pensar ya no solo en una acreditación avanzada, sino en una acreditación de excelencia, añade Gangas.

Los nuevos desempeños del docente del Siglo 21 son una caja de herramientas de alcances profundos, aporta el profesor Pérez Quintero. El académico coincide en que el nuevo diseño de la FACSE abre la puerta a un diálogo directo entre disciplinas que se traducirá en un enriquecimiento de los procesos de innovación curricular. “Esta orgánica modificada debe valorarse positivamente entendiendo que la Pedagogía es un ejercicio que implica profundizar en el análisis o el estudio de la educación como un fenómeno complejo e interdisciplinar. Esta nueva estructura ofrece una oportunidad para establecer puentes entre la Pedagogía y el resto de las Ciencias Sociales. Uno de los puntos claves es el fortalecimiento de los procesos de investigación que nos permita responder a las nuevas crisis que se están generando”, reflexiona.

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Facultad de Ciencias Sociales y Educación