Magíster en Territorios Rurales y Globalización en Contextos Latinoamericanos: la reflexión como insumo clave para la ejecución de una política pública ambiental

Magíster en Territorios Rurales y Globalización en Contextos Latinoamericanos: la reflexión como insumo clave para la ejecución de una política pública ambiental


El Magíster en Territorios Rurales y Globalización en Contextos Latinoamericanos de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano prepara a profesionales de diversos orígenes y disciplinas para una performance de alto nivel para impactar en la gestión del  espacio rural de acuerdo a la realidad latinoamericana y considerando el contexto ambiental que ha transformado dichos territorios.

A través de metodologías de investigación multidisciplinarias como un marco amplio de análisis cultural, de las subjetividades y la práctica espacial, fortalece estrategias académicas e investigativas para la intervención profesional que entregan respuestas a fenómenos como el cambio climático, el extractivismo y la reflexión de una política pública en torno a cuestiones como la migración, el trabajo agrícola y otras, plantea su responsable, la Doctora en Estudios Americanos Ximena Valdés.

Sobre el rol de la investigación y la ejecución de la política pública planteada por este programa de estudios, Valdés destaca que si bien hay una tendencia a pasar del sistema político, al sistema académico, es necesaria una mayor sintonía entre la reflexión y la investigación frente a lo que los tomadores de decisiones pueden integrar a su desempeño. 

“Cuando observamos cómo esta producción académica se traduce a modelos de gobierno, podemos apreciar casos extremos que dan la sensación de que no existe una real conciencia de lo que está ocurriendo en el planeta”, señala respecto al auge de “bolsonarismos” que niegan las consecuencias del cambio climático y otras urgencias.

“En el caso brasileño, esto ha dejado muchas víctimas en el camino como la partida de académicos y académicas que debieron abandonar la universidad por el asedio de los grupos conservadores sobre sus cátedras. Esto es algo que viene creciendo en fuerza e influencia en Latinoamérica a través de hordas destructivas de los tres poderes políticos como un fenómeno reconocible”, advierte sobre lo familiar que resulta ver en Chile banderas con símbolos de ultraderecha, pancartas con mensajes confusos y falaces sobre cómo la única respuesta a problemáticas sociales y naturales son  “que las fuerzas armadas salven el país”.

“Es una embestida política muy fuerte proveniente de la ultraderecha que parece burda, pero en el fondo es una estrategia compleja y riesgosa para la democracia”, dice la docente UAHC sobre escaladas menores, pero significativas. Se refiere también a cómo cree que afecta el discurso de esta derecha fundamentalista a la discusión del tema ambiental: “En este discurso de derecha tan estratégico y brutal anida un problema mayor que es el que socava el sistema democrático y que, con ello, genera consecuencias más profundas que amenazan incluso la vida y el medio ambiente si es que no se resguardan parámetros mínimos de gobernabilidad y de criterios democráticos. Se trata de posturas talibanas que son funcionales para una parte del empresariado y los grandes capitales. Curiosamente también para facciones de la iglesia católica brutalmente fundamentalistas y medios de comunicación que son sostenidos por estos grupos. De otra manera no se explica el espacio privilegiado con el que cuentan voceros de la industria como Juan Sutil o cómo las empresas llevan las riendas de los medios toda vez que amenazan con quitarles su patrocinio a producciones que comunican realidades incómodas”.

El mito de la sostenibilidad

La Dra. Valdés agrega que este escenario se completa con una especie de ilusión de las buenas prácticas donde supuestos programas de sostenibilidad de las empresas más cuestionadas por su trato al medio ambiente, han tendido -por el contrario- a desarrollar prácticas de preservación del modelo de “californización” de las agriculturas en los valles chilenos y la cuenca mediterránea del sur. “Si te fijas, el Valle de Copiapó y el resto de la región se ha destinado casi exclusivamente a producir frutas y hortalizas para los países del norte como destino y esto supone también la explotación de la mano de obra como un insumo capital para una narrativa que afecta principalmente a las mujeres migrantes”, dice la fundadora del Centro de Estudios para el Desarrollo de la Mujer.

Suma a esta problemáticas lo que sucede con la escasez hídrica, las grandes movilizaciones de trabajadores precarios y el grave daño que generan los pesticidas en el ambiente y las personas. “Hay que dar cuenta de todas estas realidades, pero no solo como una constatación sino como materias ante las cuales trabajar, proponer caminos y sensibilizar preparando a profesionales que puedan interceder en la creación de políticas públicas y de planificación desde ministerios ya sea de agricultura o el medio ambiente para el control sobre monocultivos, la regulación de esta depredación de recursos y, por ejemplo, el uso de los subsidios forestales”, plantea la académica del Magíster en Territorios Rurales y Globalización en Contextos Latinoamericanos.

 

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